jueves, 18 de octubre de 2018

RESPUESTAS MOLONAS, MOMENTOS ÚNICOS.



Hoy quiero dejaros una conversaciones que han surgido de forma espontanea en el aula de 2-3 años en los momentos de patio y comedor durante este mes. Seguro siguen originándose muchas más. Espero las disfrutéis tanto como lo he hecho yo vivenciandolas. Y es que los más pequeños siempre están observando todo lo que sucede alrededor. 


L , está en el patio subido a una moto, como coge gran velocidad, le comento que tenga cuidado y ahí comienza esta conversación:

-         - Laura, ¿te gustan las motos?

-         - Sí, mucho. ¿ Y a ti?

-          -Me gustan mucho las motos saltarinas.

-          -¿y esas como son?

-         - Las de Moto-cross, me responde.



Cuando estamos en el patio, algunos niños se acercan para darte cosas que encuentran allí a modo de regalo, esta conversación surge a partir del regalo de unas hojas.


-          -Laura, toma para ti, dos hojas.

-          -Gracias, me gustan mucho. Las guardaré en mi bolsillo para no perderlas.

-         - Son para esta noche.- me dice,

-        -  ¿ Y que tengo que hacer esta noche con las hojas? – le pregunto sorprendida.

-          Guardarlas en un bote.- me responde.


(Hojas mágicas, que tengo guardadas en un bote junto a las piedras y las flores que me van regalando, los bolsillo de una maestra siempre están llenos de regalitos con amor).


 Hay una pelota en lo alto de la verja del patio, yo no tengo ni idea como ha podido llegar hasta allí, pero ahí está, la miro y exclamo:


-         - ¡Esa pelota está arriba, está muy alta!, ¡ no la podemos coger, necesitaremos una gran escalera.

-         - Mi abuelo tiene una escalera muy grande- me dice L.

-        -  ¿Sí? ¿Tan alta que podremos coger la pelota?

-       -   Si, es muy grande, para cortar la parra.

( Y entonces es cuando mi cabeza se asombra por como L ha realizado la comparación de que la pelota esta a una altura como la parra del campo de su abuelo, y con la escalera la podríamos coger).

-        -  Mi papa también tiene una escalera muy alta- comenta P.

-         - ¿ para que usa tu papa la escalera?- le pregunto a P.

-        -  Para pintar, así- responde mientras hace el gesto.

-        -  Tendremos entonces que pedirles la escalera. ¿nos la dejaran?, les pregunto.

-        -  ¡ si,! Exclaman ambos.







La siguiente conversación se origina en el comedor.


Observo que G está metiendo un trozo de croqueta en el vaso de agua, me acerco para saber porque lo hace. A simple vista parecería que estaría jugando con la comida, pero como soy de las educadoras que piensa que siempre hay un porque detrás de una acción, antes del juicio de adulto, me  acerco y me animo a preguntar.

-         - G, ¿ por qué metes la croqueta en el agua?

-         - ¡Quema!-me responde.

-        -  Sería mejor si soplas, - le respondo, mientras mi cabeza piensa que capacidad de resolución tiene G  ante una dificultad que ha encontrado.





“No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día”. María Teresa de Calcuta.

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