lunes, 24 de septiembre de 2018

VERDE, FINO,FRESCO, SUAVE ¡ CÉSPED!


M se ecuentra en el patio de  la escuela, tumbada sobre una sabana blanca. La idea de colocarla sobre la sabana y no sobre la superficie directamente, es porque nunca ha sentido la textura del cesped en su cuerpo y no sabemos si  puede ser de su agrado o no, por lo que lo mas aconsejable es que lo descubra por ella misma y sin prisas.

M  juega con un sonajero de la cesta de objetos  musicales, siempre elige el mismo juguete de esta cesta, con tan solo 7 meses, ya se observa una capacidad de elección evidente, sabe lo que quiere y lo que necesita. Este objeto lo descubrió hace un par de días, y sabe que tiene dos partes claramente diferenciadas, una parte lisa y ovalada y otra  rugosa , ambas las descubrió con su boca, de las dos partes, elige siempre la rugosa, pues  le  proporciona el placer y la relajacion que necesita ahora que sus encías comienzan a inflamarse para hacer aparecer sus primeros dientes. 

Coge la maraca y se la lleva a la boca,  la mordisquea con sus encias, se la pasa de un lado a otro, cambiando la posición del objeto varias veces.  Después de unos minutos la golpea contra la cesta, el sonido es de su agrado y cada vez golpea más fuerte mientras lanza un gritito y levanta su brazo izquierdo al mismo tiempo que golpea con su mano derecha el sonajero con otros juguetes que se encuentran a su alcance. 

Abandona el juego con la maraca y decide tumbarse y recostar su cabeza en la sabana, mientras se tumba agarra la sabana con su pequeña mano izquierda al mismo tiempo que descubre que con la presión de sus pequeños dedos sobre esta , la sabana se arruga y  puede acercarla cada vez más a su cuerpo. ¡ En ese instante algo sucede!,  ha aparecido una superficie verde, fría con filamentos alargados, finos  y suaves, escondidos tras la sabana, la mira y decide alargar su brazo  para explorar que es. Toca el césped con su mano derecha y avanza para tocarlo con las dos, abre y cierras las manos como escarbando, sus dedos se mueven rápidamente, disfruta del momento, está sorprendida ante el nuevo descubrimiento, me busca, me mira y me sonríe. Yo la acompaño con mi mirada, mi sonrisa y ofreciéndole la seguridad que M necesita para seguir explorando esa nueva textura que acaba de descubrir. 

Abro los ojos con expectación para seguir asombrándome de lo que sucede tras su descubrimiento, me mantengo en silencio, pero estoy cerca, se que necesita seguridad ante lo nuevo, estoy ahí, pero no interrumpo. Continua con su descubrimiento ahora sus piernas se agitan, está feliz. Es una textura agradable para su tacto. Apoya su cabeza sobre el césped, quizás para sentirlo  y descubrirlo de otra manera, en esta ocasión la sensación no le resulta tan placentera y protesta.  

M y yo nos hemos regalado gestos, miradas, sonrisas, balbuceos y nuevos descubrimientos.

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